domingo, 28 de octubre de 2012



Los días de mi niñez
Han pasado cinco meses desde que no escribo. Han ocurrido muchísimas cosas desde la última vez que escribí, por ejemplo: he peleado mucho con mi mamá y ha sido por la relación que tengo con mi novio. Creí que los problemas serian porque él es más grande que yo, pero no es así. También me he cambiado de casa, muy lejos de donde vivía y esto a echo que mi novio y yo casi no nos veamos. Eso me pone muy triste.
Hasta hoy ya casi no he tenido aquellos pensamientos que me hacían tener culpa por el simple hecho de tenerlos. En estos cinco meses me puse a pensar: ¿Por qué tendré estos pensamientos si actuó y soy como los demás? Entonces me puse a pensar sobre mi pasado y recordé mi niñez la cual había sido muy mala. Mi familia era disfuncional. Mi mamá era farmacodependiente, mi papá era alcohólico y mi hermano y yo éramos muy tímidos.
Mi niñez estuvo llena de golpes, gritos y humillaciones. Mi hermano y yo decíamos que no tuvimos niñez, ya que nos enseñaron a madurar muy rápido y no disfrutamos lo que cualquier niño debía tener.
Hubo un día de tantos en el que mi papá no llego a la casa. Mi mamá estaba ya muy estérica, entonces me manda a meter la ropa que había lavado en la mañana, yo la comencé a escoger y la mayoría era blanca ya que tenia la ropa en los brazos para entrar a la casa, me trómpese y caí. La ropa cayo al lodo (porque aún no se había secado el piso), mi hermano me escuchó y salió a ayudarme, entonces vimos que mi mamá venia y él me dijo metete a la casa, yo muy espantada me metí corriendo y él se quedó levantando la ropa. Comencé a escuchar a mi mamá gritar, entonces cuando abrí los ojos la vi enfrente de mí. Ella empezó a golpearme y gritarme cosas como: “nunca puedes hacer nada bien. Eres una tonta. No sirves para nada”. Yo como siempre salí de la casa corriendo pero ella iba tras de mí, gire la cabeza para verla y ella me empujo yo caí y ni siquiera pude meter las manos. Me raspe toda la cara y comencé a sangrar como nunca. Mi mamá muy espantada me levanto y me comenzó a pedirme perdón (como siempre lo hace después de golpearnos).
De esta forma la mayoría de veces mi mamá nos golpeaba.
Pero mi hermano y yo sabemos que gracias a que vivimos nuestra niñez así, somos lo que somos.
Ahora que tengo diecisiete años y mi hermano veintiuno y mi mamá yo no es de esa manera y mi papá yo no es alcohólico desde hace 8 años, estamos cada día más unidos.
Las cosas con mi novio ya han estado mejor, solo que tengo que tomar una difícil decisión…

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